La ciudadanía de
Pitalito está conmocionada, e indignada por la violenta muerte del taxista
Robert Burbano Muñoz, sus compañeros de trabajo se movilizaron reclamando
justicia.
Por: Rodrigo Rojas Garzón
FPDH, Colombia
Al templo de la iglesia San Antonio no le cabía un alma más,
familiares, compañeros de trabajo, amigos y ciudadanía en general se reunieron para despedir a Robert. Desde Semana Santa, el asesinato del Abogado Luis Gerardo
Ochoa y de la periodista Flor Alba Núñez, este recinto para el culto y la
oración no estaba a reventar.
En esta ocasión como en las anteriores la ciudanía laboyana respondió
en maza, se solidarizaron con la familia, y en protesta por este tipo de hechos
que generan indignación e impotencia
entre los habitantes de la Capital del sur Colombiano.
“La sevicia con la que le arrebataron la vida a Rober
Burbano Muñoz ha conmovido e indignado a
las fuerza vivas de Pitalito, hay un clamor de justicia generalizado”, dijo el Abogado Emiro Bravo Muñoz Presidente
de la Fundación para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos FPDH.
Así lo dejaron entrever
los taxistas y la ciudadanía en general,
sus compañeros de la empresa Lineas Timanco y de las diferentes empresas de taxi, se movilizaron por
las principales calles de la ciudad, con letreros en sus vehículos
reclamando justicia, y la pronta acción de las autoridades para dar con los
autores materiales e intelectuales de este horrendo crimen.
“La ciudadanía está despertando, pero todavía existe un letargo,
tal vez originado por el miedo y la zozobra, pero se registró un gran
acompañamiento, donde se escuchaba el reclamo: De que en Pitalito pasa lo que
pasa y las autoridades civiles y militares no hacen nada, el problema es que no
tenemos Alcalde, quien debe fungir sus funciones como Jefe de Policía y garantizar la
seguridad de la comunidad que está en sus manos”.
Desafortunadas declaraciones
Sin palabras dejaron
a más de uno, las declaraciones del Presidente del Concejo Laboyano German Gonzalo
Díaz, quien atribuyo el asesinato de Robert a venganzas de tipo pasional, y que la culpa de su muerte la tenía él, por
meterse con una mujer peligrosa.
“El señor Alcalde o los concejales que podían hacer con los
hechos para evitar la muerte del taxista, por ahí se dice eran temas
pasionales, nosotros que nos vamos a meter en los temas personales de una
persona, ni la misma Policía podía hacer
algo para evitar estos hechos, si son temas pasionales acaso ellos podían sugerirle que no se metiera
con esa mujer… o decirle esa mujer es peligrosa”.
Con respecto a la muerte del señor Efrén
Salamanca, aseguro que, “tenía antecedentes, sería que un
concejal tendría que estar en ese pasadizo entre el Porvenir y el Rodrigo
Lara, pues (…) No, o será que el comandante de la Policía tendría colocar a un uniformado, (…)
pues tampoco”. Justifico que este tipo de hechos que alteran la seguridad,
ocurren en Pitalito y en cualquier municipio del Territorio Colombiano.
Frente a estas desafortunadas declaraciones del señor presidente del concejo
laboyano queda esta pregunta en el aire: ¿Entonces es con la vida que debemos
cobrar nuestras diferencias, provengan de donde provengan y llámense como se
llamen?. Aquí se debe hacer un enérgico llamado a la tolerancia frente a las diferencias,
y en vez de justificarse, realizar control político para saber
en qué se están gastando los recursos del programa de salud mental
para los laboyanos, que en
temas como el respeto a la vida deja mucho que decir porque no está sirviendo para nada. Solo un enfermo de
la mente y del alma puede ejecutar crímenes de este tipo.
También es urgente hacer prevención en la comisión de delitos,
especialmente aquellos que atentan contra la vida, y si ocurre no escatimar recursos y acciones para que este
tipo de hechos no queden en la impunidad.
Ofrecen recompensa
Ante la reacción y el rechazo generalizado
de la ciudadanía laboyana, se realizó un concejo de seguridad donde se determinó
el ofrecimiento de 10 millones de pesos a la persona que su ministre la información que permitan enviar tras las rejas
a los responsables de los crímenes de
Robert Burbano y Efrén Salamanca.
Aunque con eso no se repara el dolor de las familias. Por lo
menos es el punto de partida para el esclarecimiento
de estos hechos que no deben pasar en Pitalito ni en ningún municipio de
Colombia; la vida es el principal de los derechos humanos y como los demás, se
debe hacer respetar.
Tobbi y Violet acompañando los despojos mortales de su amo Robert Burbano hasta su última
morada
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