La Señora Eleanor Roosevelt sostiene la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.
El
Día de los Derechos Humanos se celebra todos los años el 10 de
diciembre. "Se conmemora el día en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones
Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. En 1950, la Asamblea adoptó la resolución 423 (V), invitando a
todo los Estados y organizaciones interesadas a que observen el 10 de diciembre
de cada año como Día de los Derechos Humanos".
En
esta ocasión el Día está dedicado al lanzamiento de una campaña de un año de
duración para conmemorar el 70 aniversario de los dos pactos internacionales de
derechos humanos: el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y
el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que fueron adoptados
por la Asamblea General el 16 de diciembre de 1996.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos comienza su 70º aniversarioDefendamos la equidad, la justicia y la dignidad humana.
El Día de los Derechos Humanos se celebra cada 10 de diciembre, coincidiendo con la fecha en que la Asamblea General adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948. Para celebrar el que será el 70 aniversario el próximo año, lanzamos hoy una campaña con la que queremos destacar la trascendencia de este documento histórico, que proclamó los derechos inalienables inherentes a todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento ni ninguna otra condición.
La Declaración, cuyo borrador redactaron representantes de distintos contextos jurídicos y culturales de todo el mundo, expone valores universales y un ideal común para todos los pueblos y naciones. Además, establece que todas las personas tienen la misma dignidad y el mismo valor.
Gracias a este documento —que con sus versiones en 500 idiomas se ha convertido en el más traducido del mundo— y el compromiso de los Estados con sus principios, la dignidad de millones de personas se ha visto fortalecida, y se han sentado las bases de un mundo más justo. Aunque aún quede camino por recorrer para que las promesas que encierra se cumplan plenamente, el hecho de que haya perdurado en el tiempo es prueba inequívoca de la universalidad imperecedera de sus valores eternos sobre la equidad, la justicia y la dignidad humana.
La Declaración nos fortalece a todos y los principios que recoge son tan relevantes en la actualidad como lo fueron en 1948. Debemos luchar por nuestros propios derechos y por los del prójimo. Podemos pasar a la acción en nuestras vidas diarias para defender aquellos derechos que nos protegen y así fomentar la unión de todos los seres humanos.
La
asamblea general proclama la Declaración Universal de Derechos Humanos como
ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de
que tanto individuos como instituciones, inspirándose constantemente en ella,
promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y
libertades, así como el cumplimiento de sus obligaciones, y a su vez, mediante
medidas progresivas de carácter nacional e internacional, se asegure su
reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de
Estados Miembros como entre los de los territorios dispuestos bajo su
jurisdicción.
Iguales y no discriminatorios.
La
no discriminación es un principio transversal en el derecho internacional de derechos
humanos. Está presente en todos los principales tratados de derechos
humanos y constituye el tema central de algunas convenciones internacionales
como la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer.
El
principio se aplica a toda persona en relación con todos los derechos humanos y
las libertades, y prohíbe la discriminación sobre la base de una lista no
exhaustiva de categorías tales como sexo, raza, color, y así sucesivamente. El
principio de la no discriminación se complementa con el principio de igualdad,
como lo estipula el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos:
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
Universales e inalienables.
Considerando
que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor
importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso.
El
principio de universalidad de los derechos humanos es la piedra angular
del derecho internacional de los derechos
humanos.
Dicho
principio, ampliamente mencionado tanto en convenios, declaraciones y
resoluciones internacionales sobre derechos humanos, dispone que todos los
Estados tienen el deber, independientemente de sus sistemas políticos,
económicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos, así
como sus libertades fundamentales.
Los
derechos humanos son también inalienables, puesto que no deben suprimirse salvo
en determinadas situaciones y acorde a las debidas garantías procesales. Dado
es el caso, cuando se ha de restringir el derecho a la libertad si un tribunal
de justicia dictamina que una persona es culpable de haber cometido un delito.
Su implementación es un aporte significativo para acercarnos a la paz verdadera, la convivencia, la inclusión, respeto, igualdad, no discriminación, la justicia social. A que el país entre en la etapa del pos-conflicto hablando un mismo lenguaje, dejando los intereses personales, o partidistas de lado, y buscar el bien común, constituyendo a gobernantes, funcionarios públicos y ciudadanía en general, en defensores y promotores de los derechos humanos.
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